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La historia de Starbucks, o cómo una pequeña tienda de café en Seattle con un nombre relacionado con Moby Dick se convirtió en un imperio global de bebidas.
A pesar de ser uno de los negocios más exitosos del mundo digital, y siendo la sirena de su logo uno de los iconos más conocidos de la era de las redes sociales, la empresa nació mucho antes de los tiempos superconectados. Originalmente Starbucks estaba pensado como un pequeño negocio especializado en la venta de granos de café, la maquinaria necesaria para preparar esta bebida, además de otros productos como tés y especias en la ciudad de Seattle.
Si bien la empresa se ha alejado de la idea original, inspirada en las historias de marineros y un acercamiento más tradicional al mundo del café, actualmente Starbucks es una de las cadenas más famosas del mundo, gracias a su amplia variedad de bebidas a base de café, productos de panadería y tiendas que son reconocibles en cualquier lugar del mundo. Así es la historia de la marca que llevó el café de un pequeño local en Seattle, a las esquinas de las ciudades de todo el mundo.
Esta es la historia de la marca Starbucks
Nacida en Seattle, Estados Unidos en 1971, la compañía cafetera que dio lugar a Starbucks era muy diferente al gigante internacional que conocemos hoy en día. Jerry Baldwin, Zev Siegl y Gordon Bowker empezaron su negocio como una pequeña tienda que vendía café en granos y el equipo necesario para preparar esta bebida en los hogares. Este pequeño local situado cerca del Pike Place Market de Seattle, Estados Unidos, daría posteriormente pie al gigante que conocemos en la actualidad.
Como señalan desde Starbucks, el nombre de la cafetería está inspirado en el personaje Pequod Starbuck, uno de los marineros presentes en el clásico literario Moby-Dick, de Herman Melville. Además, el logo de Starbucks, una sirena de dos colas, también evoca esta tradición marinera que tenía la marca en sus inicios.
En 1972 la cadena abrió su segundo local, esta vez cerca de la Universidad de Washington, donde el tueste, ahora conocido como «Starbucks Roast», diferenció el café de la cadena del producto de la competencia. Esta técnica se convertiría posteriormente en una de las señas de identidad de la marca.
Zev Siegl abandona la marca poco después, y serán Jerry Baldwin y Gordon Bowker los miembros fundadores que lleven el negocio de Starbucks en adelante. Ambos buscaban ofrecer la mejor calidad de café para conseguir que los clientes se emocionaran, y se generase como consecuencia de esto un sentimiento de lealtad hacia la marca.
Howard Schultz se une a Starbucks
En 1982, el neoyorquino Howard Schultz se une a la empresa como director de marketing, y tras un viaje a Milán, Italia, Schultz descubre que para los europeos las cafeterías no solo eran un lugar donde compraban café para prepararlo en casa, sino que eran un punto de encuentro. Así Schultz se ve inspirado a idear un plan para expandir el negocio de Starbucks al mundo de las cafeterías a nivel internacional, pero a su vez convertirlos en espacios de reunión para los consumidores.
Schultz había encontrado así una oportunidad para diferenciar el negocio, al fomentar un espacio para que los consumidores se sentaran a beber café fuera de sus hogares, apostando por las bebidas ya preparadas. Pero los fundadores originales de Starbucks no estaban de acuerdo con esta propuesta, ya que se desviaba del propósito original de la marca, centrada en el café en grano y bebidas más tradicionales.
En 1984, y tras convencer a los fundadores, se abre la primera cafetería que servía tanto bebidas preparadas como café en grano. De esta forma, Starbucks se expandió rápidamente a otras localidades de Norteamérica, específicamente a ciudades como Chicago, Vancouver, California, Washington D.C. y Nueva York.
Una vez que Starbucks empezó a vender bebidas preparadas, el éxito del negocio vio un impresionante crecimiento, pero Howard y Jerry consideraban que el modelo del negocio se había desviado del mundo del café tradicional, por lo que Schultz abandona la empresa en 1985, y lanza su propia cadena de cafeterías, llamada «Il Giornale», un negocio inspirado en la tradición italiana que demostró ser un éxito rotundo desde sus inicios.
Starbucks se expande nivel internacional
En 1987 los fundadores originales de Starbucks deciden vender a Schultz la empresa, por una suma de 250.000 dólares. De esta forma, el empresario combinó todas sus operaciones, como «Il Giornale», con la marca Starbucks.
Por su parte, los trabajadores de la empresa se habían sentido abandonados por los fundadores, y como recurso para mejorar el ambiente laboral Schultz decide compartir los planes de expansión que tenía para Starbucks, una medida que ayudó a los empleados a sentirse más cómodos bajo una nueva administración.
En tan solo cuatro años, la empresa pasó de tener 20 locales a más de 100 en Norteamérica. En 1996 la empresa cruzaría el Pacífico para abrir su primera tienda en Japón, y un año después haría lo mismo en Europa. Para 1999 abriría su primer local en China. A lo largo de dos décadas, la empresa mantendría un fuerte crecimiento, y sumaría millones de clientes en todo el mundo. A finales de la década de los 90, la empresa contaba con 2.500 locales en una docena de países.
Starbucks en el siglo XXI
En el año 2000 Schultz decidió dejar el cargo de CEO de Starbucks, pero tras un momento de debilidad de la empresa, en 2008 el empresario decidió retomar su cargo. Se cerraron 900 locales y se implemento una estrategia para asegurar nuevas formas de crecimiento, entre ellas la apuesta por los productos de panadería y la introducción de su propia marca de café instantáneo.
Estas decisiones fueron exitosas, y para el 2012 la empresa había evidenciado un repunte financiero. Schultz renuncia una vez más al puesto de CEO, y es reemplazado por Kevin Johnson en 2017. Schultz se mantuvo activo en la empresa como chairman hasta 2018.
Si bien Starbucks ya era una marca de referencia antes de la popularización de las redes sociales, estas fueron un gran aliado de la marca en lo que se refiere su crecimiento. Gracias a estas plataformas la empresa evidenció un aumento en su popularidad durante la década de los 2010s, y ahora utiliza estos canales digitales para mantener fidelizada a la audiencia mediante contenidos de valor, información sobre los productos de temporada y más.
Un espacio para beber café
De esta forma, el pequeño templo del café que había abierto sus puertas en Seattle, se convirtió en todo un impero del mundo de la restauración, pero a pesar de su crecimiento, la empresa siempre mantuvo su propósito firme: fomentar un espacio de reunión para que los consumidores pudiesen encontrarse en torno a la noble bebida. En 2007 Starbucks podía presumir de 15.000 locales en todo el mundo, y en 2021 contaba con más de 32.000 tiendas.
El boca a boca se convirtió en una de las estrategias fundamentales de la marca para darse a conocer entre los consumidores, especialmente las redes sociales, una realidad que a día de hoy convierte a la empresa en uno de los referentes a nivel internacional.
Como señalan desde Starbucks, «siempre hemos estado dedicados a nuestra misión: Con cada taza, con cada conversación, con cada comunidad, nutrimos las posibilidades ilimitadas de la conexión humana».
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